miércoles, 27 de abril de 2011

Toma de tierra

     Ya hace una semana que llegué a Sudamérica y todavía tengo la sensación de no acabar de hacerlo. La semana ha sido muy intensa y parece que continuará así al menos los próximos días.

     Actualmente me encuentro en Santiago de Chile. Estoy viviendo junto con Samir y Charles en casa de una familia realmente buena, que nos acoje como si fuésemos sus propios hijos. Se interesan muchísimo por la evolución de nuestros proyectos y hacen suya nuestras alegrías, al igual que nosotros le correspondemos con toda la dedicación y la ayuda posible.

     Antes de llegar a Santiago de Chile pasé un día en Buenos Aires, donde ya empecé a darme cuenta de la naturaleza y la disposición de la gente a comunicarse. En sólo un viaje en autobús conocí a dos viejitas que me explicaron todo el recorrido del bus, los edficios más emblemáticos que íbamos viendo y los restaurantes más recomendables. Además también conocí a Diego, un chico brasileño que, a la postre, resultó ser un gran compañero durante el resto del día. En ningún momento noté sensación de soledad o incomunicación. Lo tomé como un presagio de que lo que me esperaba de ahí en adelante sería algo totalmente nuevo para mí.

     Como dije antes, la semana ha sido muy intensa, y es que en Santiago la vida transcurre durante las 24 horas (después tu ya te organizas si quieres dormir). Hay cosas que hacer a cualquier hora, igual a las 4 de la mañana. Los autobuses funcionan permanentemente y todo sigue su curso sin interrupción. Desde que he llegado me han ido mostrando los lugares más significativos, las costumbres locales, el baile y la música nacional (la cueca), las diferentes amistades locales, los nuevos miembros de LaSmala (los cuales presentaré en el espacio del grupo), hemos trabajado mucha música, tocado en la calle, etc. Además precisamente hoy hemos conseguido la tan ansiada furgoneta del grupo (también la presentaré más adelante como una miembro más). Esto nos ha dado pie para pensar en otros proyectos más allá de los que pensábamos hasta ahora, ya que nos abre nuevas posibilidades.

     Además de Santiago, hemos pasado algunos días en Valparaíso, una ciudad en la costa, donde he tenido mi primer encuentro con el Pacífico, encantado de conocerlo. Por ahora no tengo fotos disponibles, pero ya las mostraré. Valparaíso es la ciudad de los artistas. Jamás he visto una ciudad con tanto color, cada pared es una obra de arte en forma de pintura, escultura, mosaico, o simplemente roca. Una gran cala rodeada de grandes cerros llenas de pequeñas casitas de mil colores, donde la vida rebosa por cada calle. Obviamente he acabado enamorado de esta ciudad, a la que estoy seguro que volveré.

     ¿Y ahora qué?

     Ya hay planes asegurados. Hoy acabamos de comprar la furgoneta (volkswagen Kombi). Pero de momento no podemos salir del país porque necesitamos el certificado de propiedad del vehículo para poder pasar la frontera. Así que nos quedaremos en Santiago hasta el martes, que es cuando tendremos todos los documentos. Esta semana será bastante intensa, porque daremos dos conciertos (miércoles y sábado), el viernes iremos a Talca, otra ciudad donde César (violinista del grupo) da un concierto con su orquesta sinfónica; y el domingo parece ser que grabaremos en un estudio alguno de nuestros temas, y así ya tendremos material para mostrar.

     El martes partiremos en un largo viaje de unos 2000 km hasta Lima. A medio camino, en Arica (frontera de Chile con Perú), nos encontraremos con dos amigas francesas, Margaux y Liz, y todos juntos llegaremos a Lima (esperemos que antes del 15 de Mayo) para celebrar a tiempo el matrimonio de Joselito.

     Hasta ahí los planes previstos. Probablemente vayan surgiendo muchas más ideas y nos salgan cosas al paso no previstas, pero desde un principio jugamos con esas cartas y todo lo que venga bienvenido será.

En casa de Patty, en Ñuñoa, Santiago de Chile,

Carlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario